martes, 17 de mayo de 2011

Me preguntan por qué los católicos "adoramos imágenes".
Es absolutamente falso que los católicos adoremos imágenes. Decirlo es ignorancia o malicia. Los católicos adoramos solo a Dios.
Entonces, ¿porque tenemos imágenes?
Estas son solo representaciones artísticas de Jesús, de María o de los santos. Nunca se adora la imagen. Como una esposa guarda la foto de su esposo, el cristiano utiliza el arte para representar a los que están en el cielo. La foto del esposo no es una necesidad para la esposa poder recordarlo. Es tan solo un signo que facilita el recuerdo. El cristiano tampoco necesita imágenes para orar. Tan solo son una ayuda para elevar los sentidos. El hombre siempre ha usado pintura, figuras, dibujos, esculturas, etc., para darse a entender o explicar algo. Estos medios sirven para ayudarnos a visualizar lo invisible; para explicar lo que no se puede explicar con palabras.
Santo Tomás de Aquino explica en su Summa Teológica:
El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imágen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que es imágen. (Summa theologiae, II-II, 81, 3, ad 3.)
¿La Biblia prohíbe las imágenes?
Cuando el hombre cayó por el pecado y perdió la intimidad con Dios, comenzó a confundir a Dios con otras cosas y a darles culto como si fueran dioses. Este culto se representaba frecuentemente con esculturas o imágenes idolátricas. La prohibición del Decálogo contra las imágenes se explica por la función de tales representaciones idolátricas.
El Primer Mandamiento: Puesto que no visteis figura alguna el día en que el Señor os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a prevaricar y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea... (Dt 4:15-16) (cf. Catecismo de la Iglesia Católica #2129s.)
Los Israelitas eran una minoría rodeada por pueblos idólatras. Dios quiso protegerlos de esas prácticas pero ellos frecuentemente caían. Los profetas, especialmente Oseas, Jeremías y Ezequiel hablaron en nombre de Dios para prohibir la idolatría y se llevaron a cabo muchas reformas para purificar las malas prácticas (cf. 2 R 23: 4-14).
Sin embargo, ya en el Antiguo Testamento, Dios ordenó o permitió la institución de imágenes que conducirían simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado.
Ejemplos de imágenes permitidas por Dios en el AT:
La serpiente de bronce (cf. Nm 21,4-9; Sb 16,5-14; Jn 3,14-15)

Querubines, bueyes y otras imágenes en el Templo: